Mario Niebla del Toro Carrión.
Director de la Revista Escaparate
Previa a estas letras ha sido muy placentero el paseo que por las calles de nuestra ciudad me he dado a solas conmigo, como el que discurre por los canales de un lugar donde reside su alma desde antes de todos los que estamos. En estos días en los que huir del tópico es una tarea titánica no puedo dejar de proclamar, como cientos de miles hicieran antes, que no me imagino un sitio más idílico para vivir el nacimiento de la primavera más allá de las murallas, o lo que quedan de ellas, de esta ciudad eterna. Me gusta la gente positiva, la otra no me interesa lo más mínimo, y precisamente lo que más me encandila de esta época de despertar, de renacer, de apertura, de luces y aromas, es que noto en la calle una alegría empapando las caras de las gentes con las que me topo. La Semana Santa ha llegado un año más a nuestra tierra y hemos desempolvados chaquetas, ilusiones y ganas para echarnos a la calle antes de la propia Cuaresma. Escaparate tiene desde hace ocho años el gusto de no faltar a su cita con usted que nos sigue desde el principio y con usted también que acaba de cruzarse con nosotros de repente en esta vuelta de la esquina. Una nueva Semana Santa y como esperábamos vemos desfilar a foráneos y anunciantes que por estas fechas dan señales de vida por nuestras páginas. A su casa vienen como siempre… Un tiempo que viene a Escaparate como el Maná. Volvemos, los de todo el año y los de ahora, a vivir y bebernos Sevilla al alimón con fuerzas renovadas. Estoy loco, nada nuevo, pero loco de contento además porque todo marcha y somos muchos los que detrás de esta aparente feria de vanidades empapelada vivimos y crecemos, crecemos y disfrutamos, porque como dijo un lumbreras “vivir no es sólo existir”. Me gusta que las cosas vayan bien y creo que el mérito reside también en tantos que de forma más o menos evidente, porque sois muchos y muy importantes los que movéis hilos desde la sombra, para que este testimonio mensual de lo que se cuece en la vida social salga y, después de todo y de nada, con tanta fuerza. Soy un privilegiado y no tengo segundos en el día para darle gracias a Dios y a Su Bendita Madre por tanto que nos da a cambio de nada. Y a Su Madre le dedicamos precisamente y como no podía ser de otra manera, este año la portada. Se cumple medio siglo desde que el Cardenal Bueno Monreal, ante la mirada de todo el mundo, coronara canónicamente a la más universal de las vírgenes que salen a la calle en esta Jerusalén efímera que es Sevilla. Cincuenta años y una historia detrás de la Virgen que ha unido desde siempre a las masas por igual, ajena a las modas. Son muchos años, perdón, demasiado pocos… los que he vivido alumbrando su camino como acólito con unos pocos escogidos y en esos años he visto y vivido sin duda los momentos más mágicos y puros que seguramente viviré nunca. Este año no tenía la más mínima duda que era a Ella a quien le dedicábamos la portada en el cincuenta aniversario de aquella Coronación Canónica que marcó un antes y un después en la historia de nuestras cofradías. A Ella le dedicamos la portada porque es a Ella a quien le debemos estar vivos y coleando y con más tirón que nunca, tirón que no nació obviamente de golpes de suerte, ni de mirar o imitar, tirón nacido del trabajo y esfuerzo y del afán por ser únicos y líderes en lo nuestro, sin pretender para ello pisar a nadie, siendo honestos con nuestras capacidades y coherentes en cada decisión. Todos no estamos hechos para hacerlo todo… Aunque formamos un equipo de cabezas de ratón en lo nuestro, sin Ella y tantos emisarios que nos ha enviado a lo largo de estas ochenta y seis ediciones no estaríamos hablando de nada. Espero de corazón que disfrute de este ejemplar que tiene entre las manos y que hemos preparado con el mismo mimo que el primero y que aproveche estos días idílicos de Sevilla para emborracharse de ella. Disfrutémosla y bebámonosla hasta el fondo, pues pasará a la tercera de cambio. Por nuestra parte seguiremos haciendo un trabajo para usted con la ayuda de La Protagonista de nuestra portada, con la mano de la Señora de Sevilla, con el calor que Ella, mi Madre, la de todos, nos da en cada aliento de nuestra vida. No podría haber nada más importante en la portada que Ella, la Macarena…