Mario Niebla del Toro Carrión.
Director de la Revista Escaparate
La ciudad perdida es una película protagonizada por Andy García y Dustin Hoffman en la que un loco enamorado Andy García, pero dolorosamente coherente, deja todo: su familia, la Cuba de sus amores, incluso la mujer de su vida, abducida por el pretencioso régimen de Fidel. El personaje al que da vida García superó la crítica de su entorno, los obstáculos de un movimiento dictatorial pseudorevolucionario, incluso la incomprensión del amor de su vida interpretado por una guapísima Inés Sastre. Todo por no faltarse a sí mismo. Pues salvando la heroicidad cinematográfica que nos dista del ejemplo que me he sacado este mes de la manga, Escaparate tiene algo de La ciudad perdida pues, pese a las dificultades que ha tenido que superar como un jabato en estos años, como todo hijo de vecino, sigue a su ritmo y compás, sin perderlo para no faltar a su cita con Sevilla, imparable, respetando su fidelidad y estilo de origen. Sucede que a veces uno tiene la duda, aunque solo sea por un momento, por la que se plantea dónde está y por qué lucha. El tiempo es un pelmazo y corre sin piedad. La dictadura del segundero no nos permite profundizar, ni siquiera en nosotros mismos, con lo cerca que nos sentimos y con lo visto que nos tenemos. Me tengo por confiado de mis posibilidades y de las que me rodean y aun así: la duda. Pues incluso a veces ingenuos como yo podemos palpar la duda. Gracias a Dios. La duda, tan humana como la vulnerabilidad de todos los hombres. Si esquivamos con medio capotazo a la prisa, aunque sea por lo que dura una taza y media de té, podemos encontrarnos y encontrar la pista para seguir avanzando o rectificar a tiempo. Las prisas nunca fueron buenas aliadas. Esta revista que reposa por fin y como si fuese la primera vez en sus manos es para mí un reto personal, avalado por un imprescindible equipo de grandes en lo suyo que me tocaron en la lotería de la vida. Un reto personal por hacer un producto para Sevilla desde nuestra visión de Sevilla. Escaparate desde que nació días y noches antes de ochenta y cinco cierres de edición se ha mantenido firme. No por ello siempre nació y murió la duda para no traicionarnos a nosotros mismos. Alguien dijo que engañar está feo pero que engañarse a uno mismo era de idiota. Pues Escaparate sale un mes más dando la cara con nuestra versión de la Sevilla real, de la Sevilla que creemos y en la que creemos, de la ciudad que vemos y vivimos, de la Sevilla que no se está quieta sin perder el equilibrio. Esta es nuestra Sevilla, hay más, pero esta es la nuestra, usted la coge o la deja. Escaparate es una gotera mensual de coherencia y reafirmación de una forma de ver esta ciudad tan antigua y tan nueva. Una ciudad de amaneceres que no mienten, una ciudad a la que hay que querer mucho para perdonarle tanto. Una ciudad a la que no le guardo celos por tantos enamorados que tenga a sus espaldas antes de yo nacer, como si fuese sólo mía. Le invito con esta reflexión en forma de carta, incluso en esta ciudad en la que hay que pedir perdón por triunfar o por hacer, que sea fiel a usted, le coja las vueltas al segundero y se asegure que lo que hace es lo que siente y que a quien ve en el espejo cada mañana es a usted mismo. Sus palabras dirán entonces lo que sienta decir, olvidándose del coste, porque dormirá y vivirá mucho más tranquilo y veraz. Incluso cuando no le termine de convenir. Galileo Galilei fue uno de los ejemplos en nuestra historia llevado hasta el final y lo cito para rematar, porque me lo imagino antes de ser condenado diciendo: “Sí, ustedes me quemarán, pero es redonda y se mueve”. Busquen la verdad, la suya, no la que quieran de usted.