Escrito por Stella Salvatore.
Se dice que el estilo es 80% actitud y 20% buen gusto y justa combinación de la ropa que elegimos. El mayor problema suele estar en el primer grupo: si bien muchas mujeres no saben cómo vestir o combinar sus prendas, son muchas más las que no saben cómo fortalecer su actitud para sentirse bien con ellas mismas y transmitirlo a los demás.
¿Qué es lo que hace y forma nuestra personalidad? La actitud se forma trabajando la parte interior, dándole cada vez más fuerza y valor. Esto implica tomar conciencia de cuáles son tus virtudes y cuáles tus defectos y así fortalecer tu interior.
Primer paso: ¡se tu propio foco de atención! Cuando de estética se tata, las mujeres ponemos el foco de atención afuera. No hay que dejar de mirar a nuestro alrededor, pero es importante cambiar el foco de atención hacia nosotras mismas. Antes de admirar o envidiar a otras, gasta esa energía en mirarte a ti misma, ver si te sientes bien, qué pasa en tu vida y qué no te está pasando que te gustaría que te pasase.
Segundo paso: toma conciencia. Una vez que logras redirigir esa energía hacia ti misma, es momento de tomar conciencia, autoconectarte y ver cuáles son tus virtudes y tus defectos. Haz listas de qué es lo que te gusta de tu cuerpo y tu personalidad y qué te gustaría mejorar. Pueden ser características de tu físico o de tus emociones: es importantísimo tomar conciencia de nuestros sentimientos para que éstos no dominen nuestra actitud.
Tercer paso: pasa a la acción. Una vez que tomaste conciencia, te conectaste con tu interior y te diste cuenta qué es lo que más te molesta de ti misma, es momento de modificar y convertir lo que te parece negativo en algo que te guste, potenciando tus cualidades y trabajando para mejorar estos aspectos negativos.
En cuanto a tu aspecto físico, mírate con cariño al espejo y evalúa si necesitas algo de cuidado, acepta lo que no se puede cambiar y establece pautas de trabajo con todos los aspectos que sí se pueden modificar. Mírate y observa más allá, acéptate y ámate tal como eres, este es un paso muy importante. Si logras aceptar verdaderamente lo que no puedes modificar vas a llevarlo con mucha más seguridad y eso se va a notar en tu forma de comunicarte. Si te sientes bien contigo misma se reflejará directamente en tu estilo.
En cuanto a la parte emocional, busca momentos en los que te sientas conectada contigo misma, tiempo de tranquilidad en los que puedas volver a tu eje. Este momento de conexión y silencio pueden durar cinco minutos, una hora o dos días, lo importante es encontrarlo disfrutarlo. Algunos lo logran corriendo, caminando, cantando, pintando, haciendo terapia, yoga, flores de Bach, reiki o meditando: descubre cuál va contigo para deshacerte de todas esas emociones o reacciones negativas que te molestan de ti misma.
A la hora de buscar tu propio estilo reflexiona, primero, si estás contenta con tu actitud. Una vez que trabajes en ella y logres estar satisfecha, vas a poder aprender muy rápidamente el 20% que resta para crear un gran estilo propio ¡y único!