5 Mar, 2017 | entrevista a

Los Duques de Maqueda

 

Los Duques de Maqueda ostentan uno de los más importantes títulos nobiliarios de cuántos se extienden por todo el país. Son el penúltimo eslabón de una cadena que arrancó por iniciativa del “todopoderoso” Carlos V, que fue quien concedió el título con Grandeza de España a Diego de Cárdenas y Enríquez, Adelantado Mayor del Reino de Granada, Señor de Cárdenas, Elche, Crevillente, Torrijos y Maqueda. El año de la concesión es 1529 y, realmente, el Ducado se otorga en memoria de sus padres, Gutiérrez de Cárdenas – Contador Mayor del Reino y Maestresala de Isabel La Católica – y Teresa Enríquez, hija del Almirante de Castilla y prima hermana de Fernando El Católico. 

Los “Maqueda” han ostentado un dilatado patrimonio a lo largo de la geografía Española que dice mucho del prestigio y el linaje del que proceden. Los palacios de Ocaña o Torrijos – hoy convertido en ayuntamiento -; los castillos de Maqueda y San Silvestre (Toledo) o El Campillo – frente al Escorial – . En el madrileño Palacio de Astorga tenían concentrada toda su valiosa colección de pintura. En Andalucía, especialmente significativo fueron los palacios de Ayamonte y el de Altamira, éste último en Santa María la Blanca – actual sede de la Consejería de Cultura -. 

En la Puebla del Río, donde nos reciben, conservan el Cortijo Palacio Los Montes, una edificación señorial en pleno preparque de Doñana y que recientemente ha abierto sus puertas para la celebración de eventos especiales.

El salón principal de “Los Montes” tiene unas dimensiones colosales pero resulta tan acogedor como sus dueños. Suelo de barro, alfombras, una cálida chimenea en torno a la que gira una conversación. Cerámica de Triana del XVIII, un gran retrato de Alfonso XII, tapices monumentales y el sol entrando por la ventana. Una Inmaculada de Murillo asoma junto a la escalera, viviendo ajena a que este año se conmemora el cuarto centenario de su creador. Pinturas de Vaccaro, Paul de Vos y un Velázquez en proceso de restauración. Una larga mesa comedor para dieciséis comensales que fue propiedad de los Duques de Montpensier. Parece el lugar perfecto en el que rodar alguna serie histórica de esas que se han puesto tan de moda. Ya lo hicieron hace años y la experiencia no fue del todo bien cuando el Duque de Maqueda se encontró en su propia cama al conocido protagonista norteamericano echándose una siesta. El actor no hablaba del todo el español pero qué pronto se había acostumbrado a tan arraiga e ibérica práctica del sesteo.    

Fuera de la anécdota, el lugar es una casa que tiene lo más importante que debe tener un edificio de estas características. Que es un espacio vivido. Lo que viene a ser un hogar, segunda residencia de unos duques que pasan demasiado tiempo en Madrid por el amor declarado que le tienen a Sevilla.  

Al calor de la chimenea surge preguntarles a los Duques por los tesoros que no están. Porque es obvio que hay dos acontecimientos que marcaron el devenir del patrimonio que la familia dejó de poseer: el robo de Napoleón y la venta de bienes para apoyar económicamente a una exiliada Isabel II.

Napoleón debió ser determinante en la historia de Los Maqueda 

Napoleón hizo estragos en la Casa ya que el Marqués de Astorga era uno de sus mayores enemigos al ser Jefe de la Junta Central de España en ausencia de los Reyes. Fue condenado a muerte y su Alcázar de Astorga fue completamente destruido. En el Palacio de Astorga de Madrid se produjo el gran saqueo y robó numerosas obras de arte, tarea de la que se encargó el Mariscal Soult.

¿Cuántas obras se llevaron?

Tenemos sentencia donde se describe minuciosamente cada uno de los 600 cuadros que se llevaron a Francia, hoy casi todos en el Museo del Louvre.

¿La obra más emblemática que les arrebataron?

Para nosotros, lo más importantes eran los dos “Leonardos”.

Después del golpe de los franceses, la “Casa” siguió perdiendo patrimonio…

La familia se arruinó cuando José María Osorio de Moscoso y Carvajal-Vargas, Duque de Maqueda y de Sessa, y su esposa la Infanta de España Luisa de Borbón y Borbón Dos Sicilias, acompañaron a sus hermanos, los Reyes Isabel II y Francisco de Asís al exilio en París. Allí les dieron poderes a sus administradores para vender gran parte de sus propiedades y, así, sufragar la proclamación de Alfonso XII.

Ya debía ser grande la “Casa” para sufragar la proclamación de un Rey…

Piénsese que el padre del Duque, Vicente-Pío Osorio de Moscoso y Ponce de León, era la persona más titulada en su época, ya que poseía más de 100 títulos nobiliarios cuando se produce la Ley desvinculadora de los Mayorazgos de 1837.

Y hoy día, el patrimonio que les quedó a los herederos ¿cómo se gestiona?

Los hacemos nosotros mismos a través de dos fundaciones por las que se canalizan las inquietudes culturales que siempre han existido.

De colección de arte que mantienen, ¿cuáles son las piezas más significativas?

La Virgen del Rosario de Murillo, los dos Riberas, el retrato de Carlos II “El Hechizado” de Carreño de Miranda y el de Alfonso XIII en el salón del trono pintado por José Llaneces en 1904.

Ahora, sólo piensan…

En nuestra jubilación en Sevilla, aunque en verano, sobre el mes de agosto, estamos en el Torreón de los Osorio en Astorga (León).

¿Cómo analizan la situación al actual del país?

Vivimos un momento muy delicado en nuestra querida España y tenemos que estar todos unidos para salir con inteligencia de este trance. Debemos de mantener por encima de todo la unidad de España, la nación más vieja de Europa. Con una historia de la que tendríamos que estar muy orgullosos. Para ello hay que hacer un gran esfuerzo por enseñar en los colegios la verdadera historia, con más detalles, pues los niños que un día organizarán España no conocen, por ejemplo, el nombre de los Reyes de León o de Aragón.

¿No cree que hay escasa implicación de la aristocracia en las cosas del pueblo, los debates etc?

La aristocracia tiene que mantener una discreción absoluta y no participar en ningún debate. Hoy día, los títulos nobiliarios según el Tribunal Constitucional tienen un carácter simbólico y, cómo no, forman parte importante de la historia de España.

¿Qué análisis hacen del papel que el Rey Felipe VI está desempeñando en sus primeros años como monarca?

Siempre dijimos que cuando fuera Rey sería un crack y no nos equivocamos. Cada día nos toca la lotería teniéndolo como Jefe del Estado. Es una persona de una enorme preparación e inteligencia que asombra. Y su templanza y manera de ser te ayuda a entender el rumbo a seguir. Es una persona que sabe escuchar y su honestidad no tiene límites. Creemos que es el mejor Jefe del Estado que podíamos tener en este momento y mucha gente confía en él. La Reina, por otra parte, también le aporta mucha ayuda.

Ustedes tuvieron especial relación con su abuela, con Doña María de las Mercedes

Con ella tuvimos una relación estupenda al igual que con Don Juan al que venerábamos. Aunque nunca fue proclamado Rey, está considerado como Juan III según acredita su sitio en el Panteón de Reyes del Escorial. Tuvimos el gran honor de que aceptaran ser nuestros padrinos de boda en el Castillo de la Rápita (Balaguer, Lérida) hace ya 42 años.

Y con otras casas reales…

Mantenemos una buena relación con la Casa Real de Inglaterra y la Reina me concedió la medalla del jubileo en 2012. También tenemos estupendas relaciones con los reyes de Bélgica y los príncipes de Mónaco.

Sus antepasados estaban muy vinculados a esta tierra…

Históricamente, La Casa de Astorga poseía el Palacio de Altamira  y heredó los Ducados de Sanlúcar la Mayor y el de Medina de las Torres; el Marquesado de Mairena y Brenes, el Condado de Aznalcóllar y el Señorío de Coria del Río.

Incluso, una antepasada fue determinante en el mundo de las cofradías

En efecto, la Hermandad Sacramental de las Siete Palabras la fundó Teresa Enríquez, Señora de Maqueda a principios del siglo XVI. Ella introdujo la procesión del Corpus Christi en España, fundó conventos y hospitales además de hermandades sacramentales, incluso, en Roma. En Sevilla fundó varias siendo las primeras las de San Vicente y la del Sagrario de la Catedral a la que pertenecemos.

Han mencionado antes que quieren que su jubilación sea en Sevilla

Sevilla nos encanta y consideramos es el mejor lugar para vivir y donde estamos felices. Solemos pasar, cada mes, unos quince días aquí. Desde hace cuatro años nos convertimos en agricultores y ganaderos y nos encanta el campo y los caballos.

¿Qué le duele de esta ciudad?

Sobre Sevilla gravita el peso de la historia pero hay mucho que preservar y restaurar. Tenemos muy cerca el Monasterio de San Isidoro del Campo, donde está enterrado Guzmán el Bueno del que desciende la Casa de Ayamonte. Hay una parte del convento que tiene dos alas sin techo y el campanario en total deterioro. Esto no se debería permitir y habría que hacer un gran esfuerzo en su total restauración. Tiene el retablo más bonito de Martínez Montañés y la historia del monasterio forma parte de la de Sevilla.

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