La ciudad continúa inmersa en la celebración del 775º aniversario de la reposición del culto cristiano en Sevilla, un hecho que tuvo en la Patron de Sevilla uno de sus símbolos fundamentales

Es agosto y en Sevilla vuelve a oler a nardos junto a laCatedral. Todo se prepara para volver a ver en la calle a una imagen que condensa todo el enigma de los siglos en los pocos centímetros de su rostro. Una talla que es fundamental para entender la historia de la ciudad y que continúa marcando las hojas del reloj devocional de la urbe de la que es patrona
La devoción a la Virgen de los Reyes es la más antigua de Sevilla que ha llegado a nuestros días. Fue en 1248, cuando se produjo la Reconquista cristiana de la ciudad a manos del Rey Fernando III, cuando dio comienzo un relato de casi ocho siglos hasta nuestros días en el que numerosas personalidades de distintos ámbitos y procedencias se han postrado ante la Patrona hispalense: desde reyes, aristócratas y hasta el pueblo más llano la ha tenido en sus rezos.
Como señala el periodista de Diario de Sevilla, Diego JesúsGeniz, en su reportaje ‘Los devotos de la Virgen de los Reyes que hicieron historia’, “esta devoción se inicia con Fernando III de Castilla. Es el rey que encarga su talla y que, según la leyenda, acabaron realizándola tres ángeles en la Torre de los Herberos, en el que es hoy término municipal de Dos Hermanas. Aunque no debe olvidarse la teoría -con mucha más veracidad- de que fuera un regalo de su primo Luis IX, rey de Francia. Fue la que más se ajustaba a la imagen que protagonizó sus sueños en el campamento de Tablada. Las anteriores las había rechazado y, siguiendo con esta tesis, son las que se encuentran actualmente en la parroquia de San Ildefonso -ostentado el patronazgo sobre el gremio de los sastres, además de titular de la corporación de gloria que hunde sus raíces en la Reconquista- y en el Salvador (la Virgen de las Aguas, que en la década pasada salió en procesión junto a la imagen de San Fernando el 30 de mayo, onomástica del conquistador)”.



LA VIRGEN Y SAN FERNANDO
El sacerdote Carlos Ros antes de su muerte, apuntó en un libro titulado ‘Virgen de los Reyes y Fernando III el Santo’, cómo se produjo la entrada del monarca castellano en aquella
ciudad musulmana: «Más que una marcha triunfal guerrera, aquella entrada en la ciudad de la Sevilla moruna, de estrechas
y tortuosas calles, parecía una devota procesión presidida por la sagrada imagen de la Virgen de los Reyes, llevada en un magnífico carro triunfal».
San Fernando era un ferviente devoto mariano. Este hecho se confirma con la nomenclatura de templos de numerosos territorios conquistados por el monarca donde mandó levanta parroquias dedicadas a la Asunción de la Virgen, día en que sale en procesión la Patrona sevillana. Un recorrido que finaliza hasta su muerte, donde por expreso deseo personal, sus restos reposan a los pies de la imagen que lo había guiado en la toma de la antigua Isbilya.
Como señala Geniz, “así lo cumplió su hijo Alfonso X el Sabio, quien mandó construir la antigua Capilla Real (sustituida por la actual) y trasladar desde el Alcázar al templo metropolitano a la Virgen de los Reyes, que desde entonces ocupa tan emblemático lugar. Dicho monarca -autor de las famosas Cántigas de Santa María- también destacó por su devoción a este sagrado icono. Sus restos descansan en un lateral de la Capilla Real, frente a los de su madre, Beatriz de Suabia. En el centro, a los pies de la Virgen de los Reyes, lo hace el Rey Santo, en la fabulosa urna de plata labrada por Juan Laureano de Pina en pleno Barroco”



La Asociación y el siglo XX
Tras un largo periodo de siglos donde los Reyes de España se postraron a sus plantas, llegó el siglo XX en el que se fundó una asociación para rendir culto a esta imagen en apoyo al Cabildo Catedral, regidor de la devoción de la patrona de Sevilla. La asociación tiene su origen en un grupo de devotos, sacerdotes y seglares, que habían colaborado con el Arzobispo de Sevilla, Marcelo Spínola y Maestre, en los diversos actos organizados con motivo del L Aniversario de la proclamación del Dogma de la Inmaculada Concepción. Uno de estos actos fue la Coronación Canónica de Ntra. Sra. de los Reyes y para fomentar más su culto, con especial devoción al Misterio de su Asunción, y, al mismo tiempo, perpetuar el recuerdo de su Coronación deciden fundar la “Asociación de Ntra. Sra. de los Reyes” cuyo Reglamento es aprobado, el 30 de Noviembre de 1905, por D. Marcelo Spínola y Maestre, previa aprobación de los Cabildos Real y Catedral.
Entre los fines de la Asociación está el de fomentar el culto de la Virgen de los Reyes con el rezo del Santo Rosario y la Salve solemne en la tarde de todos los sábados del año, según lo permitiese el tiempo litúrgico en la Catedral. La primera sabatina se celebró en un acto extraordinario el Domingo, 3 de Diciembre de 1905 víspera del Aniversario de la Coronación, presidido por el Cardenal Spínola de la que había sido un ardoroso impulsor. En este acto tuvo lugar también la bendición de una lápida conmemorativa de la Coronación y en unos días se apuntaron más de 200 asociados según comunicaba el Boletín Oficial del Arzobispado.
La prematura muerte del ya Cardenal Spínola impidió la definitiva aprobación canónica, pese a ello, la Asociación sigue su funcionamiento desde su fundación en Noviembre de 1905 con una Junta nombrada y presidida por el mismo Cardenal Spínola. El funcionamiento de la Asociación con sus cultos proseguiría hasta que el Cardenal Enrique Almaraz Santos la erige canónicamente el 9 de Julio de 1909 con la misma denominación y un Reglamento más amplio en el que la presidencia era ostentada por el Arzobispo.
La Asociación que, desde sus comienzos, estuvo estrechamente vinculada con el Arzobispado y los Cabildos Real y Catedral colaboró también con el Cardenal Almaraz en la celebración del III Centenario del Voto Inmaculista participando en la procesión extraordinaria presidida por la Inmaculada de la Catedral de Martínez Montañés y en el monumento a la Inmaculada en la Plaza del Triunfo. Como también participaba plenamente en la organización de los cultos a Ntra. Sra. de los Reyes: Besamanos, Novena, Procesiones, Octavas, y en los actos extraordinarios organizados en la Capilla Real y la Catedral. Algunas señoras de la Asociación eran designadas para que ayudasen a las Hermanas de la Cruz en el arreglo de Ntra. Sra. de los Reyes como se contempla en nuestros Estatutos. Un recorrido que llega hasta nuestros días y que hace posible que se mantenga viva la llama de esta devoción intrínsecamente ligada al corazón de Sevilla y la historia de España.
Texto: Javier Comas
Fotos: Manuel Jesús Rodriguez Rechi, Ayuntamiento de Sevilla y Asociación Virgen de los Reyes