LA ANTIGUA CULURA ATLÁNTICA EN ANDALUCÍA
El arqueólogo y director de cine estadounidense Michael Donnellan, afincado en Sanlúcar de Barrameda, nos recibe frente a Doñana. Está al frente de una larga investigación en la que afirma estar desvelando los restos de una posible civilización antigua en la costa suroeste de Andalucía, sumergida frente a Sanlúcar y Chipiona. Sus descubrimientos, parecen coincidir con la descripción de la Atlántida de Platón, y según afirma el investigador podrían reescribir parte de la historia conocida de la humanidad.
La trayectoria de Donnellan en esta investigación comenzó hace casi diez años, cuando conoció a Timothy Akers, jefe de investigación, arqueólogo y fundador de Merlin Burrows. Michael empezó a colaborar con Elio Brunetti y Christopher Heapy, y este grupo de investigadores con base en Inglaterra, lo que lo llevó a participar en varios proyectos, como la búsqueda del llamado “laberinto perdido de Egipto” en Hawara o el rastreo en el mar del Norte de un galeón del siglo XVIII, el “Bonhomme Richard”. Aquellas experiencias le hicieron ver la capacidad del equipo para hallar estructuras ocultas y reavivaron sus pasiones por el buceo y la arqueología.
El giro hacia Andalucía ocurrió cuando su amigo y jefe de investigación le preguntó si conocía esta región. Su primera visita al sur de España fue en 2015, y en 2016 llegó por primera vez a Sanlúcar, donde sintió desde el primer día que se trataba de un lugar especial.
Desde entonces supo que Sanlúcar sería su lugar en el mundo y que esta investigación marcaría su vida. Donnellan afirma que la zona presenta una complejidad arqueológica notable, con “una civilización encima de la otra”. Menciona capas culturales asociadas a tartésicos, turdetanos, fenicios, romanos, visigodos y árabes, muchas de ellas desaparecidas por catástrofes naturales o transformaciones históricas. Además, recuerda que esta costa andaluza es primera línea del Atlántico, sometida a corrientes marinas y a grandes cataclismos cada varios siglos, como el famoso terremoto de Lisboa en 1755 que también llegó por vía marítima en modo de tsunami. Según recoge de crónicas locales, aquel tsunami habría revelado fugazmente “una ciudad en medio del mar” al retirarse las aguas.
Ya inmerso en la investigación, Donnellan conoció por casualidad a un grupo de buceadores locales: Boris Martínez, Rafael Donato, Luis Silva Caparro y Antonio Fernández. Ellos le contaron que años atrás habían encontrado en el fondo marino una estructura enorme de origen desconocido.
El equipo comenzó a realizar expediciones en la zona, particularmente difíciles debido a la escasa visibilidad causada por la desembocadura del río Guadalquivir, cuyos sedimentos se mezclan con el oleaje y el viento. Aun así, Donnellan afirma que marineros y pescadores de la zona también relatan haber visto estructuras cuando el agua está excepcionalmente clara.
Tras su primera inmersión, Donnellan aseguró que las estructuras no eran naturales, sino de origen humano. Desde entonces, el equipo ha regresado más de 200 veces, documentando lo que interpretan como los restos de una antigua ciudad de gran tamaño: murallas, piedras perfectamente rectangulares, escombros y ruinas, todas caídas hacia el norte, lo que —según ellos— sugiere un evento marino catastrófico como un tsunami. La localización de los restos, a entre 20 y 30 metros de profundidad, junto con la geología de la zona, apunta a una antigüedad de entre 8.000 y 15.000 años, según las estimaciones del investigador.
La gran revelación, asegura, llegó con el escaneo del fondo marino. Junto a sus socios de Prisma Ingeniería Dimensional, Alejandro y Sergio Aleu, realizaron un mapeo que reveló estructuras circulares. Estas formas se corresponderían según Donnellan con la descripción de Platón de la Atlántida: una isla circular con canales y una acrópolis central, adornada con metales como oricalco, oro y plata.
El investigador también asegura que Platón describió detalles que coinciden con Andalucía: la sierra, un mar interior (lo que puede ser el actual Coto de Doñana), una cultura rica en navegación y comercio, minas como las de Río Tinto, así como la presencia de caballos, toros y miel de la sierra.
Aunque las coincidencias son, según él, notables, Donnellan y su equipo —en el que colaboran académicos como José Orihuela, Manuel Pimentel, Digby Stevenson y Manuel Cuevas— prefieren ir paso a paso y no afirmar directamente que han hallado la Atlántida. En su lugar, hablan de “una antigua cultura atlántica”, posiblemente precursora de los tartésicos, civilización autóctona de Andalucía cuyo origen sigue siendo enigmático.
El retraso en estos hallazgos, a pesar de que los textos de Platón se conocen desde hace más de 2.000 años, lo atribuye a la falta de tecnologías adecuadas y a la complejidad del entorno: ruinas de más de 10.000 años, bajo el agua y cubiertas de sedimento, son extremadamente difíciles de identificar. Hoy, con drones, escaneo subacuático, imágenes satelitales y buceo moderno, se abren posibilidades inéditas.
Todos estos descubrimientos se están documentando y formarán parte de la serie audiovisual Atlántica, una crónica en formato documental. La primera temporada, compuesta por tres episodios, explorará la zona de Cádiz, sus canteras, corrales de pesca y estructuras misteriosas. Mostrará imágenes del Coto de Doñana, las minas y las ruinas submarinas, extendiendo el contexto desde Sevilla hasta Almería y Portugal.
Se trata de un proyecto internacional cuyo estreno está previsto inicialmente en Estados Unidos para asegurar su distribución global. Fragmentos ya han sido presentados con éxito en festivales de cine norteamericanos y en el Festival de Series de Cádiz. El documental se encuentra actualmente en fase de distribución y su lanzamiento se espera próximamente.
Además de los investigadores mencionados, Donnellan destaca el trabajo del director ejecutivo Bruce Blackburn, el director de Operaciones John Hart y el mánager David Cánovas Williams y Claudia Hidalgo.
Los próximos pasos incluyen colaboración con gobiernos e instituciones, ya que hasta ahora la investigación es “no invasiva”, aunque se prevén excavaciones futuras para explorar lo que pueda esconderse bajo los 10 a 15 metros de sedimento que cubren las estructuras.
Para Donnellan, este trabajo de casi diez años representa solo la primera etapa. Afirma que es “solo el principio”, pues el equipo planea seguir documentando descubrimientos en futuras temporadas de la serie y expandir la investigación a otras zonas donde creen que también existen huellas de esta cultura.
Texto: Fernando Copete
Fotos: cedidas por Michael Donnellan