La televisiva y bloggera Carmen Lomana para quienes la conocemos de puertas para adentro es un amor, tal como se muestra de cara a la galería. Transparente, auténtica, valiente y con gran sentido del humor se encuentra en un momento de mucho trabajo en televisión, dado su gran tirón con las audiencias, pese a lo que le pese a quienes no lo quieran ver. No tiene miedo a nada y aunque no es lo que soñó ser es una mujer de bandera, positiva y que sabe ser y hacer feliz a quien le rodea. Amiga de sus amigos, Carmen sabe beberse la vida, disfrutando de cada etapa y aprendiendo de todas. Nada es imposible para ella y para nada pretende ser políticamente correcta. Carmen es mucha tela. Lomana es mucha Lomana.
¿Qué tiene Marbella que a tantos engancha?
Un clima único, esa montaña mágica, gente internacional y los marbellís de toda la vida, ese pueblo precioso… Tiene alegría de vivir… Es una opción de vida en la felicidad.
¿Es inteligente ser frívolo?
Yo creo que la frivolidad entra dentro de la inteligencia. El glamour es algo intangible. Una cosa por sí sola no tiene glamour. El glamour lo crea una atmósfera. Todo lo que rodea a una situación, a una persona, en un momento determinado. El glamour no es una determinada silla, mueble o piano. El glamour es una serie de circunstancias que rodean a un personaje, sea hombre o mujer, y que crean un determinado ambiente mágico. Está en el aire.
¿Qué tiene Carmen Lomana que engancha a tantos cientos de miles de seguidores en las redes sociales?
Eso deberían decirlo ellos. Fundamentalmente soy muy auténtica y muy natural y nunca quiero ser políticamente correcta. Digo lo que pienso y están acostumbrados a que las señoras de sociedad o incluso gente de los medios digan lo que los demás quieren oír. Yo no, porque precisamente una de las cosas que veo más interesantes de salir en los medios de comunicación es poder expresar lo que yo pienso y con lo que algunos o muchos se identifican. El momento en el que me tenga que poner una cremallera en la boca y autocensurarme, que ya me autocensuro bastante, pues carecerá de interés para mí todo esto.
¿Ha alcanzado en la vida lo que soñó?
Pues no. Para nada. Yo lo que soñé era tener una familia, unos hijos y a mi marido al que adoraba. Lo que pasa es que una cosas son los planes que uno hace de su vida y otra lo que la vida te da. A mí la vida me ha quitado lo que era más importante en mi vida, pero me ha dado otras cosas que me han hecho muy feliz y me tengo que aguantar porque es lo que hay. Vivir de la mejor forma y con pasión la vida y lo que la vida me da. La vida son etapas. Yo he ido dejando etapas detrás, empezando otras nuevas con la misma ilusión, con la misma pasión y con la misma energía. Ojalá nunca pierda mi sentido del humor y el saber reírme de mí misma. Esto es lo que me ha salvado, Mario.
¿Cuál es el verdadero lujo para un estandarte del lujo como es Carmen Lomana?
El verdadero lujo para mí es el espacio, el silencio, una playa de arena fina y el sol. No necesito más. Los barcos no me gustan porque me parece que estoy encerrada, sólo cuando van a velas y un rato. Me gusta tomar el sol, sentir el silencio, bañarme, pasear, bucear, salir, tomar algo en el chiringuito con amigos, escuchar música… Eso me hace tan feliz que no necesito nada más. Soy una chica de playa total.
Sabe que somos muchos los que le queremos pero también hay otros tantos que pretenden ser su enemigo, ¿qué le diría a los que no tragan a Lomana?
¿Qué les voy a decir? Es la vida. Yo no pretendo gustarle a todo el mundo. Sería plana, un aburrimiento. Mucha gente me tiene manía o me aborrece porque no me conocen y adop stá muy presente. El hecho de que puedan pensar que vivo bien o que soy feliz hace que te aborrezcan. Si pensasen que estoy malísima, enferma y arruinada me querrían más o serían más tolerantes conmigo. Nunca me gusta dar pena. Me gusta siempre dar lo mejor de mí. Si tengo heridas me curo yo solita y hago un viaje interior, en silencio, que es como me curo y me cuido, ayudándome, claro está, de mis amigos.
¿Es una mujer fuerte?
Muy fuerte. Increíblemente fuerte. La vida me ha hecho darme cuenta de lo fuerte que soy, porque nunca me lo hubiera imaginado. Soy muy perseverante y no me miedo nada, no, nada. No me da miedo na. Como estuve tocando fondo cuando perdí a mi marido, cuando perdí la posibilidad de tener más hijos… te das cuenta que todo lo demás es un regalo de la vida que lo aprecias. Te echen lo que te echen parece que estás vacunada de todo. Disfrutas el doble. Tú sabes cómo disfruto yo cuando estoy contigo en Sevilla, cómo disfruto yo viendo la Semana Santa, la playa, bailando, con todo… Soy feliz y cada vez que tengo malos momentos, que los he tenido y tengo muy malos, siempre pienso que mañana irá todo mejor.
Le admira mucha gente, ¿a quién admira?
Me siento muy querida. Por eso estoy feliz. Admiro a mucha gente que a lo mejor no se les conoce en los medios de comunicación, que trabajan todos los días, que son médicos estupendos, que están salvando vidas; a los científicos, a los investigadores, a los que luchan contra la miseria, a las mujeres que no se les pone nada por delante, a los hombres con personalidad, cultos, que saben estar comprometidos con la realidad que les ha tocado vivir, que no pasan de nada. Aborrezco a la gente que dice «yo paso, yo paso». Pues yo no paso de nada. No paso de un niño que sufra, del daño que está sufriendo España, del que le están haciendo muchos políticos que nos han abandonado y se han convertido en nuestros enemigos. En vez de ayudar a los ciudadanos que es lo que tienen que hacer porque para eso pagamos impuestos y los mantenemos, se han liquidado una sociedad del bienestar a base de crear una estructura infernal que no pueden mantener y a base de llevarse lo que no es suyo.
Carmen, ¿sigue creyendo en el amor?
Siempre, el amor es el motor que mueve todo. Claro que creo en el amor y cada día al despertarnos pensamos que a lo mejor nos enamoramos de alguien ese día. Todo lo que hacemos en la vida es para que nos quieran, desde pequeños, cuando lloramos para que nos den mimo. Tenemos que dejarnos querer pero cada vez es más difícil enamorarse porque sabes lo que quieres. Eres más exigente. Muchas veces estás con alguien porque te sientes a gusto no porque estés enamorada.