Hubo un tiempo, el de las fotos en blanco y negro, que las cabezas de las multitudes se veían cubiertas por sombreros y gorras. Eso era así en todo el mundo, especialmente, en Europa y buena parte de América donde el sombrero formaba parte del atuendo diario. De aquellos complementos que salían a las calles, muchos de ellos se fabricaban en la sevillana fábrica de Fernández & Roche, fundada en 1885 por José Fernández Caro y Antonio Roche Verdugo. Lo realmente emocionante de esta historia es que más de un siglo después – y con el desuso mayoritario del sombrero por parte de la sociedad – la fábrica, no sólo sigue en pie, sino que está creciendo a pasos de gigante.
En el siglo XIX y las primeras décadas del XX el uso del sombrero estaba, prácticamente, extendido en el todo el mundo. La aparición de las máquinas de coser en plena revolución industrial transformó las fábricas y convirtió al sombrero en un accesorio de consumo masivo. En ese contexto nació Fernández & Roche, que instaló su fábrica en la calle Castellar con 7.000 metros cuadrados y una plantilla de 500 trabajadores. Eran años en los que se exportaban grandes cantidades a México, Argentina y Turquía y, además, podían presumir de ser líderes en el mercado nacional.
Pero Eduardo VIII del Reino Unido, Duque de Windsor, no podía sospechar el daño que le haría a la industria sombrerera. Considerado, en aquellos años 20 y 30 un icono de la moda del momento, el hecho de que desterrara el sombrero de su fondo de armario hundió el sector en su país, contagiando a todo el mundo. Sin ir más lejos, las 80 fábricas que había en España se tuvieron que acabar fusionando entre ellas. Había nacido el “sinsombrerismo” que, unido al uso del coche por la clases pudientes – y no necesitar tanto la protección en la cabeza en sus traslados – dejó tocado a la producción a la que, también, se le unió la crisis producida por las dos guerras mundiales.
En España, además, se sumaban las consecuencias de la Guerra Civil por lo que Fernández & Roche se integró en una fusión de compañías en las que también estaban Graells, Herederos de Carmen Palarea dando lugar a la empresa ISESA con ochocientos trabajadores.
Años 70. Los Judíos
Con la industria sombrerera en franca decadencia, comienza una nueva era en la fábrica gracias a que los judíos ortodoxos se fijan en Fernández & Roche para la fabricación de sus populares sombreros negros. De esta manera, se empieza a producir de manera masiva este tipo de atuendo que cala hondamente en un sector que, por mandato religioso, es fiel a esta prenda de vestir. “De todas formas, existen modas porque el sombrero que usan los judíos de Estados Unidos nada tienen que ver con el que emplean en Israel. Por ejemplo, los de Estados Unidos los prefieren ya con el ala más corta”, explica Miguel García Gutiérrez, director de la fábrica.
Desde la Casa Real de Inglaterra a la legión
A día de hoy, los judíos ortodoxos son los principales clientes de una fábrica que mantiene líneas de productos tan diversos como los sombreros de los carabineros colombianos o los de la legión. Al mismo tiempo, demuestran su mayor cota de refinamiento cuando provee de sombreros a las tiendas más exclusivas de ropa que se ubican en St Jame’s Street, en Londres. De alguna, manera, pueden presumir de ser proveedores de la Casa Real de Inglaterra que adquieren sus sombreros en esta exclusiva calle londinense. También, basta echar una mirada al elitista público que se concentra en el hipódromo de Ascott, con sus esbeltas chisteras para ver que muchas de ellas tienen denominación de origen sevillana. En la fábrica también se produce con frecuencias los sombreros propios de los trajes regionales. “Por ejemplo, a Japón se manda mucho sombrero de ala ancha pues los que allí bailan flamenco tienen por norma que el hombre lo porte durante el baile”, explica García Gutiérrez. Por cierto, también presumen de ser la empresa que suministró a Indiana Jones a partir de la cuarta película de la saga “El Reino de la Calavera de Cristal”.
“Los Panamá”
Aquí, en España, y sobre todo en Andalucía, lo que está despuntando en venta son los conocidos como “panamá”, sombreros ligeros aptos para esquivar el sol. “Hemos creado, también, un departamento de diseño propio para dinamizar los productos de la empresa”, comentan. Ejemplo de ellos son los “panamá” a los que le han rediseñado las habituales cintas negras que los envolvían con colores y tonos juveniles y frescos. Todos ellos se pueden adquirir en la tienda que tienen en la sevillana calle Rosario. Además, están en estudio abrir nuevos espacios en otros puntos del país.
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