17 Jul, 2025 | Blog

En una tierra donde el arte de festejar es casi un ritual, las bodas no son solo celebraciones; son auténticos acontecimientos sociales donde se mezclan tradición, elegancia, arte y emoción.

Son muchos los rostros conocidos que se han dado el “sí, quiero” en los últimos tiempos. Desde Patricia Cadaval, hija menor de César Cadaval, pasando por los influencers Nando Montoya o Carmen Huertas, hasta la hija de Raquel Revuelta, Claudia Ula.

Estos enlaces no solo comparten lo mediático o el interés que pueden despertar sus protagonistas o invitados, sino también a las responsables de organizar hasta el más mínimo detalle de estas uniones.

El alma de estas celebraciones es La Madrina, dirigida por Alejandra Lacida y con Rocío Palomo como figura clave. En poco más de un año, se ha consolidado como una firma de wedding planners referente y con mucha personalidad en la que confían las parejas más influyentes de la sociedad andaluza, gracias a su cercanía, calidad y enfoque personalizado en cada enlace.

Según Alejandra, “la madrina es una de las partes más importantes de la boda. Sin la madrina, no te casas”, y de ahí surge La Madrina Weddings, queriendo ser “igual de fundamental que la madrina” para los novios dentro de su labor como organizadoras.

Con varios años de trayectoria en el sector, Alejandra decidió emprender y apostar por lo que verdaderamente le apasiona y cree. Desde el inicio, su objetivo fue claro: crear una empresa donde se reflejara su carácter sencillo y divertido y, por supuesto, “darle importancia a lo verdaderamente importante”, siempre impregnándolo de su toque personal.

Alejandra conoció a Rocío trabajando juntas en una empresa anterior y, al decidir comenzar su propio proyecto, su primera frase a Rocío fue una promesa: “Algún día contaré contigo y serás mi primer fichaje”. Dos meses después, Rocío ya formaba parte de La Madrina, contribuyendo al impresionante crecimiento que están experimentando.

“En un año tenemos en total, entre las que hemos organizado y las que nos quedan por celebrar, más de 70 bodas”, destacan. Este auge también se refleja en sus redes sociales, donde han logrado superar los 20.000 seguidores en poco más de un año.

La esencia de La Madrina se ha vuelto inconfundible. Para Alejandra, este sello es la “buena organización, precisión, calidad, diversión y, sobre todo, naturalidad”. Su filosofía se centra en priorizar lo esencial de un enlace, que, según ellas, es contar con un excelente catering y buena música. Ambas recalcan que “los extras suman y a veces restan” y que lo que no puede faltar es “que la cerveza esté bien fría”.

La sencillez es otro pilar clave y, además de la suya, Alejandra subraya la de los rostros más reconocidos con los que han trabajado, lo que les facilita enormemente su labor. La dificultad de estas bodas mediáticas radica en la “cantidad de proveedores” y la coordinación que requieren.

Para Alejandra y Rocío, existe una “presión” añadida, ya que “sabemos que estamos en el punto de mira y que de esas bodas se va a hablar mucho”. No obstante, aseguran que han trabajado con estas parejas no por su fama, sino por el perfil de los novios, que encaja perfectamente con la filosofía de La Madrina. Buscan novias “sencillas, naturales, que confíen en nosotras y que quieran bodas de calidad”.

La Madrina persigue que cada enlace sea un reflejo de la pareja. Lejos de ser “una fábrica de bodas”, su mayor cumplido es cuando los novios les dicen: “Nuestros invitados nos han comentado que qué boda más nuestra”. Para conseguirlo, el proceso arranca con un conocimiento profundo de la pareja. “Lo primero cuando conocemos a unos novios es saber cómo son, qué los unió, sus preferencias”, convirtiéndose así en “sus mejores amigas hasta el gran día”, explican.

Aunque el día de la boda parezca el punto culminante, Rocío y Alejandra aseguran que “ese día, en realidad, ya está todo hecho” gracias al meticuloso trabajo previo. Su función ese día es “estar a la sombra de todos los proveedores”, verificando que los tiempos se cumplan, que todos estén coordinados y preparados para cada instante, y que cualquier imprevisto se resuelva de forma discreta.

La complicidad entre Alejandra y Rocío es evidente y esencial para el éxito de La Madrina, pues ellas mismas se describen como diferentes a la vez que iguales. Según Alejandra, Rocío es “más romántica y soñadora”, mientras que ella es “más terrenal y realista” y siempre se enfoca en lo primordial.

Esta dualidad conforma un dúo perfecto: Rocío aporta el “toque romántico y soñador” para las novias, y Alejandra las devuelve “al mundo real” para garantizar que todo se lleve a cabo de forma impecable.

Lo más destacable de este equipo es que todas son wedding planners, no azafatas. “Lo que he creado es una empresa de calidad, con personal altamente formado y capaz de ofrecer el servicio a la perfección”, afirma Alejandra. Por ello, en cada enlace, tanto Alejandra, Rocío como su equipo visten igual.

Un éxito que ha llegado en poco tiempo para La Madrina, pues han logrado que las parejas más exclusivas confíen en ellas y confiesan que no imaginaban “que llegarían al punto en el que están”. Su meta actual no es crecer de forma masiva, sino “mantenerse” para asegurar que su sello, el de la autenticidad y la calidad estén detrás de cada “sí, quiero”.

Texto: Fernando Copete
Fotos: Rocío Aguado, Couche, Fgo Weddings

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