En el universo de la cosmética, donde la promesa de resultados muchas veces se diluye entre etiquetas vacías, Estefanía Ferrer, ingeniera química y fundadora de LICO Cosmetics, irrumpe con una propuesta distinta: aplicar la ingeniería como eje transformador del cuidado de la piel. En esta entrevista, nos adentramos en la historia de una emprendedora que dejó una carrera consolidada en la industria aeroespacial para crear su propio “Laboratorio de Ingeniería Cosmética”. Con un enfoque riguroso, científico y profundamente humano, Ferrer lidera una marca que no solo innova con ingredientes provenientes de los rincones más remotos del planeta, sino que también cuida al detalle la experiencia de cada clienta, redefiniendo el concepto de cosmética de alta eficacia.
¿Cómo surgió la idea de crear LICO Cosmetics y qué papel desempeñó su formación como ingeniera en ese proceso inicial?
La idea de LICO nació como un hobby. Soy ingeniera química y durante más de diez años trabajé en AIRBUS. Pero mi gran pasión siempre ha sido la formulación cosmética. Desde pequeña, con mi Quimicefa, me encantaba “pocimear” en casa, primero para mí y luego también para mi entorno. Durante el confinamiento, mi empresa me mandó a casa y fue entonces cuando, ante una creciente demanda, vi la oportunidad de dedicarme plenamente a lo que más me apasionaba. No encontraba en el mercado el producto ideal que tenía en mente, y ahí fue donde la ingeniería jugó un papel clave. LICO es, en esencia, ingeniería cosmética.
El nombre de la marca proviene de “Laboratorio de Ingeniería Cosmética”, ¿cómo se traduce esa filosofía en la creación de sus productos?
Efectivamente, LICO significa “Laboratorio de Ingeniería Cosmética” y la ingeniería es nuestro pilar central. La aplicamos de forma transversal a toda la empresa. Entendemos la ingeniería como la capacidad de transformar el conocimiento científico en resultados tangibles, y eso se refleja no solo en el desarrollo y fabricación de productos, sino también en cada aspecto de nuestra marca. Seriedad, innovación, rigor… esos son nuestros valores y los aplicamos en cada decisión que tomamos.
La marca habla de buscar “los activos más eficaces del planeta”, ¿puede compartir alguna historia destacada relacionada con esa búsqueda de ingredientes únicos?
Nuestros desarrollos de I+D nacen de las necesidades que nos plantean nuestras clientas, las LICO Lovers. Cuando identificamos una nueva demanda, activamos el proceso desde el enfoque ingenieril, buscando los activos más eficaces posibles. Luego complementamos esa fórmula con ingredientes naturales que generen sinergias reales. Por ejemplo, nuestro primer tratamiento, African Essence, está basado en una forma muy estable y encapsulada de vitamina C. Buscando el ingrediente natural ideal que complementara esa fórmula, descubrimos el aceite de melón de Kalahari, la fuente más rica del mundo en vitamina E. Importarlo fue todo un reto: tuvimos muchos problemas con aduanas, ya que al ser una empresa pequeña, no entendían por qué queríamos traer ingredientes tan inusuales de lugares tan remotos. Hoy ya nos conocen y todo es más ágil, pero al principio fue muy complicado.
¿En qué se diferencia LICO de otras marcas que también apuestan por la cosmética natural o de alta gama?
No nos definimos como una marca de cosmética natural, porque realmente no creemos que la “cosmética natural” exista como tal. Cualquier producto cosmético, sea un sérum o una crema, está basado en emulsiones que requieren agua y conservantes. Y aunque utilices un extracto natural, este pasa por un proceso de extracción. Así que preferimos no usar ese término. Lo que nos diferencia es que somos una marca de ingeniería cosmética y lideramos la innovación desde ese lugar. Hemos sido pioneras, por ejemplo, en lanzar un producto eficaz para elevar el párpado caído, otro para mejorar la papada, en incorporar retinol para densidad capilar, o en utilizar un principio activo derivado de un medicamento para tratar la rosácea. Nuestro compromiso con los resultados y la seriedad en el desarrollo de productos nos distingue claramente.
Uno de los lemas de la marca es “la ingeniería de los pequeños detalles”, ¿cómo se traduce eso en la experiencia del cliente?
Ese lema nace de nuestra forma de cuidar a nuestras clientas. Cada detalle importa. Desde la atención personalizada vía WhatsApp, que ofrecemos incluso los fines de semana, hasta nuestra política de satisfacción garantizada: si un producto no funciona, lo cambiamos o reembolsamos. En el packaging, todo está pensado al milímetro: pegatinas personalizadas, manuales de uso, códigos QR para contacto directo, etc. Queremos que cada clienta sienta que ha recibido algo único, porque así lo concebimos desde dentro.
¿Cómo equilibran la innovación científica con el uso de ingredientes naturales? ¿Es un desafío unir ambos enfoques?
Lo es, sin duda. Nuestro enfoque principal es la innovación cosmética desde la ingeniería. Los activos más potentes hoy en día no provienen del mundo natural, pero sí hay ingredientes naturales que pueden complementar las fórmulas y enriquecerlas. Buscamos siempre la combinación más respetuosa y eficaz. Es un reto encontrar esos puntos de encuentro entre innovación tecnológica y naturaleza, pero cuando lo conseguimos, el resultado es realmente potente.
El servicio personalizado y digital parece ser un valor diferencial, ¿cómo ha sido recibido por sus clientas?
La respuesta ha sido maravillosa. Nuestra atención al cliente es cercana y muy humana. No son robots, son personas altamente formadas en cuidado de la piel que disfrutan ayudando. Aunque somos una marca digital, nuestras clientas sienten esa cercanía y acompañamiento. Estamos disponibles por WhatsApp, Instagram, correo, teléfono y nos hacemos responsables de cualquier incidencia. Esa cercanía es parte de nuestra esencia.
¿Qué novedades o planes de futuro puede adelantar para LICO Cosmetics?
La semana pasada lanzamos un nuevo tratamiento para labios que nos emociona especialmente. Es un protocolo en dos pasos que rejuvenece los labios en solo siete días. El primero es un exfoliante químico suave, el primero en el mercado específico para labios, y el segundo es una especie de pomada semisólida que trata arrugas verticales, repulpa, mejora el tono rosado y define el arco de cupido. Ha sido un trabajo muy cuidado y estamos recibiendo muy buenas sensaciones por parte de nuestras clientas.
Texto: Carlota Acuña
Fotos: cedidas por empresa