influencer y autora de este libro: “gracias a esa fobia empecé un proceso terapéutico que me llevó a este libro”
En esta entrevista, nos adentramos en el universo íntimo y luminoso de Gloria Santamaría, más conocida como @mimodemami en redes sociales, quien da un paso decisivo en su carrera como influencer al convertirse en autora con La casa que soy. A través de esta novela, Gloria entrelaza las fibras de su historia familiar con su pasión por el bricolaje, la restauración y la decoración, para construir algo más que un libro: un refugio emocional, un espejo para quienes buscan comprender el verdadero significado de hogar. Desde su experiencia personal, marcada por la maternidad, el divorcio, la reinvención profesional y una fobia que aún la acompaña, emerge una voz honesta que invita al lector a mirar hacia adentro y abrazar sus propias ruinas para reconstruirse.
Licenciada en Administración y Dirección de Empresas y exempleada de banca, Gloria ha tejido su camino a través de la autenticidad y el esfuerzo. La casa que soy no solo relata la odisea de reunir a sus hermanas en una modesta vivienda de pueblo, sino también el proceso simbólico de restaurar los vínculos rotos y sanar heridas familiares a través de la palabra y la acción compartida. Con una narrativa que fluye como una conversación entre hermanas, entre herramientas y recuerdos, Gloria nos recuerda que un hogar no es solo un lugar físico, sino una suma de emociones, historias y decisiones valientes. En esta charla, exploramos cómo esa casa se convierte en metáfora de su propia transformación.
¿Cómo ha vivido el proceso creativo de convertirse en autora de este libro?
No fue algo planeado. La vida me fue llevando. Empecé a explorarme a raíz de una fobia que arrastro desde los 20 años, vinculada a un accidente que tuve. Hice muchas terapias, y justo en una de ellas surgió la idea de mirar hacia adentro y entender mi historia. Así comenzó todo este proceso personal y creativo que desembocó en el libro.
¿Qué significa el concepto de “hogar” que atraviesa toda su novela?
Para mí, un hogar es donde te sientes acogida, sin importar cómo sea. Es ese sitio del que no quieres irte, por las personas y las emociones que genera, más que por su estética.
¿En qué momento supo que su historia personal debía convertirse en una novela?
Fue cuando mi editora me propuso escribir algo. En principio, la idea giraba en torno a la costura, pero justo entonces había comprado un antiguo pajar en un pueblo de Segovia, de donde es mi familia. Ese lugar fue el detonante. Empecé a caminar a diario como parte de una terapia o meditación, y durante esas caminatas le enviaba audios a mi hermana con ideas, reflexiones y recuerdos. Así se fue construyendo el libro.
¿Cómo influyó su faceta como influencer en bricolaje y restauración en la creación literaria?
Muchísimo. Me imaginé la novela como si fuera una reforma real: capítulo a capítulo, como si cada uno fuera una estancia. Pintar, empapelar, construir… Todo eso me ayudó a estructurar la historia y a conectar emociones con espacios.
¿Cuánto hay de autobiografía en La casa que soy?
Todo. Los personajes son reales, las situaciones también. Incluso diría que si se hiciera una película, mis hermanas dirían exactamente las mismas frases que en el libro. Me ha salido natural porque es nuestra historia, sin filtros.
¿Qué papel ha jugado la maternidad en su manera de narrar y comprender el pasado?
Cuando te conviertes en madre, entiendes lo difícil que es serlo. Dejas de querer cambiar a tus padres y empiezas a acompañarlos. Esa comprensión transforma tu forma de mirar atrás, y también tu forma de contar.
¿Por qué decidió hablar abiertamente de su miedo a conducir en una historia tan íntima?
Porque ha sido una limitación muy grande en mi vida. Pero, paradójicamente, gracias a esa fobia empecé un proceso terapéutico que me llevó a este libro. Sin ese miedo, quizá no habría surgido la necesidad de entenderme y de escribir. Fue el detonante.
¿Cómo influyó su familia en la construcción emocional de la novela?
Muchísimo. Esta novela generó muchas conversaciones con mis hermanas y mis padres. Se destaparon recuerdos, heridas y momentos que estaban ocultos. A nivel familiar ya ha sido un éxito, porque hemos sanado cosas hablando de ellas.
¿Qué tipo de mujer representa en su novela y por qué decidió contarla desde ese enfoque?
Una mujer que toma decisiones, que se construye a sí misma. Aunque no sepa siempre lo que quiere, sí sabe lo que ya no quiere. Y eso marca la diferencia. La novela habla del valor de elegir, incluso si eso implica dejar un trabajo o una pareja.
¿Cuál es el futuro real de esa casa que ha inspirado la novela?
Va a hacerse realidad como una casa rural. Esa parte de ficción se materializa. Estoy trabajando en convertirla en un espacio real, con alma, donde poder compartir todo este proceso también de forma física.
Texto: Carlota Acuña
Fotos: Ángela Muruve