En el cada vez más amplio y veloz mundo de las redes sociales, pocas figuras han logrado consolidarse como referentes indiscutibles, y Rocío Osorno es una de ellas. Nacida en Sevilla y con raíces profundamente conectadas a su tierra, esta influencer y empresaria ha transformado su pasión por la moda en un imperio digital que inspira a millones. Con una comunidad sólida y una presencia cercana, Rocío no solo comparte contenido, sino que conecta de forma genuina con sus seguidores, convirtiéndose en una voz auténtica de su generación.
En esta entrevista exclusiva, Rocío Osorno nos habla de su trayectoria, desde sus inicios como pionera en el mundo de las redes sociales hasta su vida como madre, empresaria y creadora. Además, nos adelanta sus planes para este recién estrenado 2025, un año que promete ser un punto de inflexión en su carrera profesional con el relanzamiento de su firma de diseño, Rocío Osorno Studio. Entre la belleza de su ciudad natal y su visión de futuro, también comparte cómo ha encontrado el equilibrio entre lo aspiracional y lo auténtico en una industria en constante evolución.
Es una de las influencers más destacadas de España, ¿cómo ha sido el camino desde los inicios hasta convertirse en un referente en moda y belleza?
Ha sido un proceso lleno de constancia y adaptación. Comencé cuando las redes sociales eran un terreno incierto y no se generaban ingresos. Lo vi como una herramienta para impulsar mi marca mientras estudiaba diseño y patronaje. Poco a poco, las marcas comenzaron a colaborar y el sector creció exponencialmente. La clave ha sido ser constante, original y estar siempre pendiente de los cambios en las redes.
Estudió Ingeniería Agrícola y luego se adentró en el diseño y patronaje, ¿qué le llevó a cambiar de rumbo y cómo influyó en la creación de su firma?
En un principio, quería estudiar Arquitectura, pero no logré la nota de corte y me decidí por Ingeniería Agrícola porque mi padre tiene campos de olivos. Durante un Erasmus en Francia, compartí espacio con estudiantes de diseño y descubrí que eso era lo que realmente me apasionaba. Al volver, terminé la carrera de Ingeniería e hice un grado en patronaje industrial y moda. Aunque parecen mundos distintos, la ingeniería me dio una base sólida y disciplina, que son fundamentales para emprender.
Ha sido pionera en redes sociales, como otras de sus compañeras influencers, cuando apenas se sabía lo que era, ¿cómo vivió esa experiencia de estar en los comienzos?
Fue emocionante y arriesgado. En ese momento éramos muy pocas personas en redes sociales, creando contenido sin saber hacia dónde se dirigiría el sector. Fuimos construyendo sobre la marcha lo que hoy es una industria que sigue en auge. Me siento muy orgullosa de haber sido parte de esos comienzos.
Si hablamos de la diferencia entre crear contenido y generar contenido de calidad, ¿qué cree que hace que su contenido destaque en un panorama tan competitivo?
Creo que la diferencia está en transmitir naturalidad y cercanía. Hoy en día, más que la perfección, el público busca empatía y realidad. Mi contenido combina profesionalidad con un toque personal que me permite conectar con mi audiencia. Ser transparente y auténtica, incluso en los momentos difíciles, es lo que más valoran mis seguidores.
Madre, empresaria, diseñadora y creadora de contenido, ¿cómo gestiona el día a día para mantener un equilibrio entre todas estas facetas?
La verdad es que no siempre es fácil. Vivo muy sacrificada y, a veces, me siento abrumada por la carga de trabajo. Sin embargo, disfruto mucho de lo que hago y me motiva mi ambición profesional. Además, tengo la suerte de tener niños muy buenos que me acompañan ya a todo, lo que me permite compaginar mi vida personal y profesional.
¿Cómo encuentra ese balance entre mostrar una vida aspiracional y la realidad del día a día?
Comparto mucho de mi vida personal, incluso los momentos difíciles. Creo que eso es lo que genera empatía con mi público. Mi perfil integra tanto lo profesional como lo cotidiano, lo que me permite conectar de una forma auténtica.
¿Cómo consigue lidiar con la dualidad entre Rocío Osorno como persona y Rocío Osorno como figura pública?
Sinceramente, no siento que haya diferencia. Soy la misma persona dentro y fuera de las redes. Antes podía parecer más seria, pero tras mi divorcio me abrí completamente y ahora soy más natural. No tengo un personaje en redes, lo que ven es lo que soy.
Sigue siendo cercana a sus raíces y mantiene a los amigos de siempre, ¿qué importancia le da a esas conexiones y cómo influye en su vida personal y profesional?
Para mí es fundamental. Mis amigos de toda la vida son un pilar importante, y aunque mi círculo se ha ampliado con personas de mi ámbito profesional, sigo manteniendo esas amistades de siempre. Como le puede pasar a cualquier de otro sector. Soy de Gines, un pueblo sevillano, y esos lazos del colegio son parte de mi identidad.
¿Qué reto considera que enfrenta la industria de los creadores de contenido en la actualidad y qué consejo daría a quienes están comenzando en este mundo?
El mayor reto es la saturación, el volumen de hoy en día en redes sociales. Hay tantos creadores de contenido que destacar es muy difícil. Mi consejo es ser auténtico, encontrar un estilo propio y no dejar de innovar. Para quienes llevamos años en esto, el desafío es seguir siendo relevantes y no aburrir a nuestra audiencia.
¿Qué podemos esperar de Rocío Osorno en este recién estrenado 2025? ¿Hay nuevos proyectos o sueños en los que esté trabajando que nos pueda adelantar?
Este año quiero centrarme en el diseño, que he dejado un poco de lado. Estoy preparando una nueva colección para Rocío Osorno Studio, con una imagen renovada que saldrá próximamente. Es un proyecto que me entusiasma muchísimo.
¿Quiénes son las mujeres que le inspiran, a nivel nacional e internacional?
Me inspiro del contenido de mis compañeras. Por ejemplo, me encanta cómo transmite María Pombo. Me gusta cómo gestiona su contenido Violeta y, además, María Martín de Pozuelo, que lleva muy poco tiempo. A nivel internacional, sigo perfiles alemanes de moda vintage, pero también admiro profundamente a Angelina Jolie por sus valores y elegancia, y a Lana del Rey por su autenticidad.
¿Un lugar de Sevilla?
Soy incapaz de elegir un solo lugar. Soy de las personas que más disfruta de su ciudad: sus calles, su gente, su primavera, la feria, la Semana Santa… es sanador para mí. Me llena de alegría cada vez que paseo. Amo mi ciudad, su energía y necesito de ella más de lo que la gente pueda imaginar.
Texto: Carlota Acuña
Fotos: Luis Osorno